Peña de Arias Montano en Alájar.

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Mirador natural, iglesia de la Reina de los Ángeles, cuevas,…

Ubicada en el término municipal de Alájar. Está declarada Bien de Interés Cultural (BIC). Destaca por la belleza del paisaje, la abundancia de agua y la ubicación. En ella ha habido asentamientos desde el Calcolítico, pasando por la Edad del Bronce, la época romana, ibero-púnica y musulmana.

El lugar está formado por una enorme masa de roca caliza que culmina en una especia de meseta a 746m de altitud. Ofrece vistas de singular belleza tanto del pueblo de Alájar, de la sierra como, incluso en los días despejados, puede observarse el mar, que está a 80km.

Por su parte, el agua subterránea, presente en la Peña, ha ido formando un conjunto de cavidades revestidas de estalactitas y estalagmitas, de lagos y de rocas en sus paredes. Destacan Cuevas como El Palacio Oscuro, La Fuente, La Sillita del Rey o el Salón de los Machos.

En 1528 se funda la hermandad de Nuestra Señora Reina de los Ángeles, celebrándose en este enclave una romería y convirtiéndose la Peña en un centro de culto mariano de primer orden. A él acuden cada 08 de septiembre, hermandades de toda la comarca. Una de las peculiaridades de esta romería es el mercado artesanal, que según un documento del año 1807, se reunían comerciantes de distintos puntos de la provincia.

En 1553 llega a la Peña, el teólogo y humanista Benito Arias Montano quien fue bibliotecario del monasterio de El Escorial en tiempos de Felipe II, editor de la Biblia políglota, alquimista y astrólogo.  Tras obtener el patronato sobre la ermita, la reedificó construyendo su casa, huertas de frutales, acondicionó un antiguo manantial llamado “La Fuente de la Peña”, levantó un cenador,…

Tal fue la relación que este miembro honorable de la corte de Felipe II que al lugar le fue asignado su nombre y a día de hoy se le conoce como Peña de Arias Montano.

Además de ser un mirador natural de especial belleza, en la Peña podemos visitar la iglesia parroquial del siglo XVIII, con una esbelta torre, nave, presbítero, camarín, sacristía, vivienda y otros anexos, la portada almohadilla (arco de los novios, porque dicen que los novios que pasan por él, se casan) y la espadaña o campanario (de estilo neoclásico) acompañada por sendas garitas apilastradas, de planta circular y bóveda de media naranja (renacentistas).